Lic. María Rosario Carrasco Patzi
Ciencias de la Educación
Educación Intercultural
Museología y Museografía
Desde 1977 se celebra el 18 de
mayo el Día Internacional del los Museos, tal día fue el resultado de la
resolución tomada en la XII Asamblea General del ICOM (Consejo Internacional de
Museos) en Moscú. El ICOM, creado en 1946 es una organización no gubernamental,
dependiente de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura), con estatus de órgano consultivo del
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
Tradicionalmente los museos han
sido vistos como lugares casi sagrados para rendir culto silencioso a la
cultura. Pero entre las diversidades que nos ha traído la posmodernidad,
florecen hoy en este mundo los museos alternativos, sobre curiosidades y
asombros.
Al respecto, Bolivia fue el
primer país en tener un museo en Sudamérica, allá en la época de José Ballivián
en 1842, en la ciudad de La Paz. Paradójicamente, en la actualidad estos
espacios en todo el territorio nacional, en palabras de los expertos, son
"precarios", "sin infraestructura" y "faltos de
estrategias de promoción". Tal es la opinión de Mario Suárez Riglos,
presidente de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz,
quien lamenta que los museos en el país
no se hayan enriquecido. En el caso de Santa Cruz, el profesional subraya la precariedad de estos lugares. Sin
embargo, destaca el museo Noel Kempff Mercado por su colección científica que
califica como inigualable. No obstante, sentencia que "no existe
estructura museológica en Santa Cruz".
Actualmente y fundamentando mi posición, nace la Museología
Crítica desbancando a la Nueva Museología, a partir de la influencia de la
antropología, los estudios culturales, la crítica a las políticas de
representación, y parte de los estudios feministas y postcoloniales. Tiene como
objetivo problematizar la noción de museo (exposición o centro de arte) y sus
políticas de patrimonio y colecciones.
Según la Museología Critica la
figura del museo, ha cambiado considerándolo como un espacio de conflicto, de
tensiones y de cruce de culturas (tanto de las culturas de los diversos
visitantes o comunidades, como de las culturas internas del museo, esto es, las
personas y perfiles de los equipos que lo conforman: conservadores, educadores,
etc.). Plantea el museo no como un dispositivo comunicador y neutro tal como defiende la nueva museología) sino
como una esfera pública, donde los significados social, los valores sobre qué
es cultura y patrimonio, identidad, ciudadanía y otras nociones son puestas en
discusión y cuestionamiento.
En la museología crítica las exposiciones son
fruto de discursos y dispositivos que seleccionan y ordenan unos contenidos
(artefactos ideológicos), y por lo tanto no son neutras o se conciben como
meros canales de información. Los visitantes son planteados como grupos
específicos, comunidades o redes, y concibe la relación con los públicos de
forma activa, constructiva y educativa. De este modo no son meros consumidores
de productos (exposiciones, talleres o eventos) sino conjuntos de ciudadanos
con voz y cultura propias (por lo tanto pueden mediar, generar significados
propios o participar en diversos espacios del museo). Con ello se evita una
noción cuantitativa, de museo como espectáculo, de políticas de acceso y de
grandes números de visitantes, exposiciones a gran escala o macro-eventos. Por
el contrario esta Museología entiende el museo como una institución cualitativa,
en red, que negocia significados culturales y que dispone de equipos y personal
para generar relaciones, y colaboraciones con diversos grupos sociales.
La Museología Crítica analiza las
relaciones que establecen los museos o centros culturales con la ciudadanía.
Fomenta el rol educativo, cívico y social del museo, y plantea modos en que los
contextos, el tejido socio-cultural o las comunidades pueden tomar ventajas y
generar proyectos que hagan más porosas y democráticas ente tipo de
instituciones.
En síntesis, la Museología Crítica considera al museo como un espacio Intercultural, un lugar de
encuentro de la comunidad que sirve para la construcción de sentimientos de
identidad, mediante una comunicación dialógica de saberes de manera correcta y
exitosa. En esta relación convergen el contexto (museo), la exposición (con un
guión museológico y museográfico), su patrimonio cultural (que habla y narra su
historia) y el público o comunidad (con expectativas). En esta convergencia se
genera un espacio para que se despliegue toda su acción simbólica.
REFERENCIAS
Díaz, Ignacio (2008). La memoria
fragmentada. El museo y sus paradojas. Gijón: Trea.
Lorente, J. P. y Almazán, D.
(2003). Museología crítica y arte contemporáneo. Zaragoza: Universidad de
Zaragoza.
La educación en los museos: De
los objetos a los visitantes. Silvia Alderoqui. Disponible en: www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.5437/pr.5437.pdf